La nueva Ley, necesita de un Pacto de Estado por la Industria que sea garante de su aplicación, y por ello, nuestra organización se movilizará, el próximo 21 de junio en Madrid, bajo el lema: “Pacto de Estado por la Industria. Construir futuro, hacer país”
Desde el SOMA-FITAG-UGT, y en la línea de compromiso sectorial y territorial de nuestra organización, hemos respondido a la Consulta previa sobre una nueva Ley de Industria, donde el Ministerio pretendía recabar la opinión de las personas y de las organizaciones más representativas potencialmente afectadas por la futura norma, y que finalizó este pasado martes, 17 de mayo.
Como idea general, decir que coincidimos en los propósitos sobre la necesidad que la futura Ley de Industria tiene que dar una respuesta, en clave nacional, a la nueva estrategia industrial europea, contemplar las necesidades del sector industrial de España, estableciendo el marco adecuado para estimular la competitividad de la industria modernizando su tejido productivo, reforzando su capacidad de generar empleo de calidad, fomentando su eficiencia energética, impulsando su capacidad de innovación y apostando por la transición hacia una economía circular que favorezca el cambio de hábitos y un comportamiento consciente de los consumidores.
La consulta y nuestras aportaciones se han estructurado en varios capítulos, agrupados por las siguientes temáticas: Política y Promoción Industrial; Reindustrialización; Neutralidad Climática y Economía Circular; Transformación Digital, Seguridad y Calidad Industrial, y, finalmente, Gobernanza.
Desde el SOMA-FITAG-UGT, hemos incidido en varios aspectos que consideramos fundamentales, como son una mayor participación de las PYMES en todas las cadenas de valor, la agilización y simplificación de la tramitación administrativa, el necesario impulso de una política de formación y adaptación de perfiles profesionales y competencias profesionales.
Así mismo, hemos señalado que sería conveniente establecer zonas de altas necesidades de reindustrialización, que permitan una discriminación positiva de ciertos territorios que tienen más dificultad que otros para convertirse en polos de atracción industrial, la alineación de estrategias que, directa o indirectamente tengan implicaciones sobre la industria, o la colaboración público-privada que debe jugar un papel relevante, involucrando a un conjunto de agentes del ámbito público y privado frente a propuestas individuales, por su mayor capacidad de incentivar proyectos y generar oportunidades.
La industria está ligada al sector energético, a través de actividades industriales relacionadas con el diseño, montaje y mantenimiento de plantas de generación eléctrica a partir de fuentes renovables, por lo que es imprescindible defender la necesidad de un desarrollo normativo y de políticas energéticas dirigidas a impulsar toda la cadena de valor del sector renovable, apoyando la fabricación nacional y estratégica de tecnologías para el almacenamiento energético, el hidrógeno, la termosolar o la eólica, incluyendo la eólica marina. Señalamos la valorización de residuos como otro objetivo estratégico a establecer para ganar competitividad y caminar hacia un escenario de sostenibilidad más cercano.
La nueva ley de Industria, sin lugar a dudas, debe abordar el alineamiento entre la política industrial y la política energética, dado que la energía es un factor fundamental para el desarrollo industrial. En este apartado, seguimos demandando un Pacto de Estado por la Energía moderno, riguroso, flexible con seguridad jurídica, que contribuya a ganar en productividad, competitividad (tanto industrial como social), viabilidad empresarial, y, por tanto, generar empleo de calidad. Es decir, se demanda una regulación previsible y estable
Finalmente, como idea para la Gobernanza pensamos en un Pacto de Estado por la Industria que garantice la aplicación de la nueva Ley de Industria, y que, a su vez, sea una herramienta e instrumento que garantice el compromiso con dicha ley, y con la industria.
La Ley de Industria actual que ordena y racionaliza la actividad sectorial industrial en nuestro país es de Julio de 1992. En este momento, la digitalización de la economía, la industria, la comunicación, lo ha cambiado todo. Asimismo, la política Industrial debe velar constantemente por el futuro de los sectores industriales y su pervivencia y transformación en tiempos de transiciones, tecnológicas, digitales, energéticas; y esa política Industrial debe ser prioritaria y de largo plazo, por lo que exigimos un Pacto de Estado por la Industria, -como venimos revindicando un Pacto de Estado por la Energía-, que garantice el compromiso de todas las fuerzas políticas democráticas, mas allá de los ciclos políticos electorales.
Un Pacto de Estado por la Industria con altura de miras, elaborado desde el diálogo social y con un compromiso político de Gobierno e interministerial que siente las bases de un mayor equilibrio y resiliencia de nuestra estructura económica y social.
No es un pacto por la industria o una ley de industria sino un pacto por la industria que acompañe a la ley de Industria, que permita garantizar empleo estable y de calidad, que acompañe a la evolución hacia una industria digital y sostenible, poniendo el foco en las personas, por lo que el próximo 21 de junio, nos movilizaremos en Madrid bajo el lema: “Pacto de Estado por la Industria. Construir futuro, hacer país”