Declaraciones del secretario de Acción Sindical del SOMA- FIA-UGT, José Antonio Menéndez Barriada
Desde hace tiempo, el SOMA-FIA-UGT viene mostrando su inquietud sobre los riesgos de mantener unos elevados índices de dependencia energética en España y en la Unión Europea, y viene demandando la necesidad de acometer una planificación energética a nivel europeo y estatal capaz de garantizar el suministro energético sin estar continuamente supeditados a los vaivenes de países geopolíticamente inestables.
Esa necesaria planificación energética con visión de largo plazo debe articular un mix energético diversificado y competitivo, y para ello debe aprovechar los recursos autóctonos, entre ellos el carbón. Junto a las renovables, el carbón nacional es una fuente de generación imprescindible para ganar independencia desde el punto de vista energético y contribuir a la propia competitividad del país y del conjunto de la UE. No hay más que fijarse en los precios del carbón internacional (120 dólares por tonelada) o del petróleo (118 dólares cada barril de Brent), con una clara tendencia alcista, frente a los 82 dólares por tonelada del carbón autóctono para desmontar las tesis de quienes ponen en duda la competitividad del mineral nacional.
Durante años, la política energética estuvo condicionada por intereses de grupos económicos y de presión, que siempre buscaron en el carbón a su chivo expiatorio. Sin embargo, de la mano de los avances en combustión limpia y en las técnicas de captura y almacenamiento de CO2 este recurso está superando otra de las principales trabas que sus detractores le achacaban: las emisiones contaminantes liberadas durante su combustión. La planificación energética no debe estar condicionada por intereses particulares, sino que debe consensuarse y tener en cuenta los intereses generales.
Por todo ello, el SOMA-FIA-UGT lamenta que tengan que ocurrir hechos como la crisis nuclear de Japón o las revueltas en los países árabes, en su mayoría grandes suministradores de energía, para comenzar a considerar el aprovechamiento de los recursos energéticos autóctonos y darse cuenta de la importancia de mantener una reserva estratégica propia. Determinados países europeos, algunos con larga tradición de industria carbonera, parecen darse cuenta ahora, a raíz de los acontecimientos de las últimas semanas, de que sin recursos propios se corre un riesgo serio en el medio y largo plazo de no poder responder a las necesidades energéticas. Si realmente se quiere garantizar el suministro de energía, cualquier reflexión o debate sobre política energética debe desligarse de coyunturas o sucesos puntuales.
El sector del carbón requiere estabilidad por su carácter estratégico, tanto desde el punto de vista energético, como por razones sociales y territoriales, por eso el SOMA-FIA-UGT rechaza nuevas reducciones en la dimensión del sector y exige el cumplimiento del plan actual en todos sus parámetros, sin descuidar el reto fundamental de la reactivación, ya que aunque se visualizan cambios, las comarcas mineras todavía no se han recuperado del impacto de los fuertes ajustes en la minería y deben redoblarse esfuerzos para profundizar en la modernización y cambio estructural de estos territorios.