Asturias tiene que potenciar la investigación y la colaboración público-privada vinculados al sector biosanitario, priorizando la salud y el autoabastecimiento, pudiendo aprovechar el Mecanismo de Transición Justa Europeo.
Esta crisis que sufrimos como consecuencia del COVID-19 ha puesto de manifiesto nuestras debilidades y supone una llamada de atención que tiene que llevarnos a replantear muchas cosas, entre ellas el modelo de investigación y de producción de medicamentos y productos sanitarios.
Recientemente, desde el SOMA-FITAG-UGT, hemos propuesto al Gobierno de España la disposición de la empresa HUNOSA para albergar uno de los posibles almacenes estratégicos de productos sanitarios y medios para afrontar catástrofes. Nuestra idea es no quedarnos ahí. La Unión Europea y el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo han manifestado que son necesarios nuevos métodos y medidas como la creación de una industria propia y una reserva estratégica de productos sanitarios. Estas ideas no son nuevas para el SOMA-FITAG-UGT que lleva años reclamando una política europea y nacional de apoyo a la industria nacional.
Asturias puede, y debe, contribuir a que España garantice una producción de medicamentos y productos sanitarios para que el abastecimiento no se vea condicionado por un problema de parada de la cadena de producción de países como la India o China o de medidas proteccionistas que puedan adoptar para garantizar el abastecimiento de su población y que paralizaría sus exportaciones.
Es el momento de garantizar capacidades de producción de medicamentos para poder hacer frente a los problemas de salud y poder reaccionar con capacidad de producción en caso de una crisis pandémica como esta.
Asturias debe impulsar la capacidad innovadora de sus empresas y estimular la investigación en nuevos medicamentos a través de la cooperación entre todos los agentes: industria, reguladores de diversas Administraciones públicas, gestores de la sanidad, investigadores básicos y clínicos, sociedades científicas, pacientes y sus asociaciones, y proveedores de bienes y servicios relacionados con la investigación y que ésta llegue al paciente.
Tenemos herramientas. El plan de Ciencia del Principado de Asturias, dotado con 447,5 millones de €uros en el periodo 2018-2022, que tiene como objetivo fundamental el de impulsar el sistema de innovación asturiano, puede ayudar a desarrollar la acción investigadora, y el desarrollo de actividades de I+D+i, en directa colaboración con la Universidad de Oviedo, y apoyándose en Organismos Públicos de Investigación como el INCAR-CSIC, contemplado en el propio plan; en el sistema sanitario de I+D donde podría jugar un papel relevante la Fundación para la Investigación y la Innovación Biosanitaria del Principado de Asturias (FINBA), y sin perder de vista la colaboración público-privada donde Asturias tiene un gran potencial ya que cuenta con más de 200 empresas relacionadas con la investigación y la fabricación de medicamentos asentadas en la región, por lo que no debemos renunciar a convertirnos en un referente nacional, tanto de I+D+i, como de producción de fármacos, lo que sin duda traerá consigo la creación de empleos de calidad.
Disponemos de mecanismos de financiación que pueden complementar al plan de Ciencia del Principado de Asturias, como es, por ejemplo, el “Mecanismo Europeo para una Transición Justa”, que podría impulsar a aquellas empresas de este sector que generen empleo en las comarcas mineras, donde hay espacio industrial e infraestructura disponible para su instalación.
Ayudas que permitirán relanzar las industrias relacionadas con la salud, más necesarias que nunca, a la vez que generan empleo que permite una vida digna y generan una actividad económica que protege la salud ciudadana.
“Este virus lo paramos unidos”